Bendiciones para la comida de todos los dias

Las bendiciones por la comida son una hermosa forma de agradecer por los alimentos que compartimos. Con frases como «gracias a Dios por la comida», expresamos gratitud y reconocimiento por la bendición de la mesa. En un contexto católico o familiar, estas oraciones fortalecen los lazos y celebran la abundancia. Podemos encontrar tarjetas de bendición y recursos que nos guían en este acto significativo, promoviendo una conexión espiritual y emocional en cada comida.

Señor bendice los alimentos que por tu bondad vamos a recibir, danos salud para ganarlos Paz para disfrutarlos y amor para compartirlos. Tú quedas el agua a los campos, la tierra las plantas, el fruto de los hombres, has venido este alimento, para que vuelto fortaleza podamos servirte mejor punto así sea. Dios te dice yo restituiré todo lo que la vida te quitó también te daré una alegría más grande que el sufrimiento que Has vivido. Gracias señor porque tengo un techo sobre mi cabeza y un buen lugar donde dormir porque hay comida En mi mesa hay zapatos en mis pies. Me has dado tu amor y una buena familia. Gracias por todas tus bendiciones. Bendícenos señor y bendice estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar porque Cristo nuestro señor. Amén.

Dios bendiga tus sueños tu corazón tus anhelos y tus alegrías pero sobre todo Dios bendiga tu vida punto bendice señor los alimentos que vamos a tomar y a las personas que las han preparado. Da pan a los que tienen hambre y hambre de ti a los que tenemos mucho pan. Mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. Señor queremos comer y beber de tu amor y tu alegría. Así podremos servir con generosidad nuestros hermanos. Bendícenos a esta familia que te ama. Amén. Gracias mi Dios por la comida gracias por mi trabajo que me permite comprar mis alimentos Señor bendice mi comida para que te nutra o para que me nutra y gozar de buena salud Gracias mi Dios por ser tan grande y poderoso. Que sea un Dios de bendiciones para cada uno de nosotros punto que la paz prevalezca y que la fe se fortalezca. Porque los planes de Dios son siempre perfectos.