Mensajes cristianos poderosos de la Biblia

Mensajes cristianos poderosos que impactan y transforman vidas. Escritos llenos de fe y esperanza que te inspirarán. Palabras poderosas de la Biblia y de Dios que te fortalecerán y elevarán tu espíritu. Inspírate por la positividad y la luz que estos mensajes transmiten, llevando consuelo y aliento a tu vida diaria.

Oración para darle gracias a Dios: Querido y amado padre celestial permíteme agradecerte por todo lo que recibí de ti el día de hoy. Muchas gracias mi amado Dios por permitirme culminar mi día tomado de tus sagradas manos, gracias por que una vez mas me diste tu protección, gracias por darme salud, las fuerzas y la valentía para enfrentar todos los obstáculos, asimismo te doy las infinitas gracias por cuidar a cada miembro de mi familia y permitir regresar a casa sanos y salvos. Amen. Dios es nuestro refugio y fortaleza, él siempre esta dispuesto a ayudarnos en los momentos dificiles.

Se fuerte y valiente, no tengas miedo no te desanimes, porque el señor tu Dios esta contigo dondequiera que vayas. Seamos como Jesús que ama de una manera inagotable, que aunque lo traicionaron, lo negaron y lo hirieron tantas veces, amaba y sanaba a todos lo que lo necesitaban. Que tenia un corazón tan grande y puro que perdona sin importar que pase y que sacrifico su vida y nos salvo a todos incluso cuando le hemos fallada tantas veces. El sol es para todos pero la sombra del omnipotente es solo para quien decidió entrar en el abrigo del altísimo.

Dios te dice en este día que vas a estar bien tu y toda tu familia solo levántate en fe, empieza a clamarme y yo te responderé, ten confianza y déjame pelear esta batalla por ti. Descansa en mi promesa porque yo nunca fallo. Hoy sigo de pie, no acepto derrota, la vida me ha golpeado, gente me ha traicionado y han deseado verme caer, pero Dios esta conmigo, el no me fallara, con su amor y su gracias, con mi frente en alto, continuare de pie. Jesús le dijo: amaras al señor tu Dios con todos tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Mirad, pues, con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los dias son malos.